Este miércoles 4 a las 21 horas, comenzamos junio con la obra maestra de los hermanos Dardenne. El caso de Rosetta en nuestro país es particular. Ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes 99, Rosetta consagró mundialmente a sus directores y se convirtió en una de las películas más importantes de la década del noventa. Desde ese momento, varios intentos hubieron de estrenarla en los cines argentinos, pero ninguno prosperó. Pasó el tiempo, y pudimos descubrir las siguientes películas de los Dardenne; El hijo y El niño, ambas estrenados en el 2007. Y la pobre Rosetta fue olvidada por los distribuidores. Quien no se puede olvidar de Rosetta es el que tiene la oportunidad de verla. La película continúa rondando en la mente del espectador por un tiempo. La complejidad de la personalidad de Rosetta no tiene muchos antecedentes en el cine si nos referimos a personajes femeninos adolescentes. Y la actuación de la joven Émilie Dequenne debe ranquear entre los mejores debuts actorales de la historia. Rosetta solo quiere trabajar, alejar a su madre del alcohol y tratar de no establecer ningún vínculo afectivo con el resto de los humanos. Los Dardenne hacen uso de su característica y nerviosa cámara en mano y despojan por completo al film de música. El guión, lleno de sutilezas pero también de momentos perturbadores, y los personajes únicos que crearon son suficientes para no necesitar reforzar nada más desde la puesta en escena. Cine puro, sin artificios. Reivindicación plena de que el cine es simplemente contar buenas historias.
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